
un día de primavera,
elegante y maquillada
esa tarde, me sentía bella.
Te cruzaste en mi camino
y admirándome te vi,
en mi silueta te recreabas
yo me ilusione de ti.
Había una bella fuente
brotaba agua cristalina,
los dos fuimos a beber
nuestra sed, quedo saciada.
Me invitaste a pasear
por aquel jardín de flores,
entre aromas de jazmines
cantaban los ruiseñores.
Qué lindos cantos sus trinos
y tu mirada en mis ojos,
tus palabras amorosas
me engalanaban de piropos.
Al llegar a la muralla
miramos para la bahía,
el hermoso mar inmenso
allí me dijiste, deseo que seas mía.
Yo te miré sorprendida
por la forma de expresarte,
has entrado en mi vida
y mi deseo es amarte.
Pero amarte intensamente
para toda la eternidad,
eres mi amada y mi dama
te buscaba y te acabo de encontrar.
Te haré mi reina y señora
tú serás mi diosa de amor,
me amarás y te amare
con amor, dulzura y pasión.
Rosario Ayllón.
Poetisa del Amor.
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