

más allá de su color azul,
respiran los alientos de fragancias,
aromas de jazmines y de ilusión.
Una distante nube blanquecina
aparece en el cielo como algodón,
y los acantilados grises
contrastan con el cielo azul.
Yo estoy serena y silenciosa,
de vez en cuando siento tus caricias,
mis muslos acogedores
se funden con la neblina,
mis senos desnudos resplandecen,
tus dedos en ellos se me arremolinan.
Te encaramas a mis horizontes,
a veces, más lejanos que el mar y el cielo,
allá donde se unen inalcanzables
desearía escuchar tu dulce ¡te quiero!
Te das la vuelta y caminas tus pasos
entre olas y aires de libertad,
te envuelves en la gruta de mis encantos
te sientes inmerso en mi sensualidad.
Rosario Ayllón.
Poetisa del Amor.
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