
juguetón y picarón,
me divierte con sus mimos
de alegrías e ilusión.
A veces lo siento triste
y le canto una canción
de amor y muy romántica
y me llora de emoción.
Mi duende es muy tierno
me acaricia y me besa,
siento sus suabitos labios
como delicada seda.
Mi duende duerme en mi lecho
me abraza con tal ternura,
que mis noches con mi duende
son dulces y luz de luna.
Mi duende se vuelve hombre
gentil, enamorado y atento,
hace que con sus locuras
siempre este en mi pensamiento.
Mi duende a veces se marcha
y vuelve al anochecer.
con la luz de las estrellas
y sus locuras de amor,
me hace estremecer.
Pero mi duende lo quiero
con tristeza y alegría,
lo siento dentro de mí,
con sus juegos y travesuras,
me hace feliz la vida.
Rosario Ayllón.
Poetisa del Amor.
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