En una tarde de inviernotú llegaste a mi vida,
con tu masculina voz
me llenaste de alegría.
Y me seguiste llamando
el teléfono es mágico,
con mis palabras cariñosas
llevé la ilusión a tu vida.
Me llamas todas las noches
y yo te siento feliz,
con deseos de abrazarme
de verme y de ser feliz.
Cuando tus manos me toquen
mi piel, fina como seda,
sentirás algo especial
lo que nunca tú sintieras.
Seré fragancia en tu vida
la rosa de tu jardín,
el corazón que te ama
la mujer, que te hará muy feliz.
Deseo que seas mi príncipe
mi amante, mi trovador,
que me cuides con esmero
guárdame en tu corazón.
Deseo hacerte feliz
yo sentirme la mas deseada,
la rosa más bella de tu rosal
la más feliz y adorada.
Rosario Ayllón.
Poetisa del Amor.
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