miércoles, 18 de mayo de 2011

PARA MI DULCE MAMAITA...

Madrecita mía tierna y cariñosa
cuando me cantabas
tus dulces nanas, yo era dichosa,
con tu dulce voz y entre tus caricias
en tus tiernos brazos
yo quedaba dormida.

Y al despertar allí estabas tú
para que mi llanto solo fueran sonrisas,
Madrecita mía de radiante luz.

Madre amorosa cómo te recuerdo
en mi soledad, te echo de menos,
recuerdo tus nanas para que
durmiera y mi sueño infantil,
era tan dulce con tus caricias en
noches de primavera.

Madre bella y linda
cómo me mirabas, con tus bellos ojos
mi vida iluminabas,
tu boca sonriente era un manantial
de alegría y besos en mi vida fuiste lo más.

Cuando te marchaste porque Dios te llamó
en tu hermoso rostro había tanta paz,
que yo te miraba y parecías dormida
mi querida madre,
¡Ay! Mi mamaíta tú eras mi vida.
¡Te quiero mamá!

Rosario Ayllón.

Poetisa del Amor.

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