
bella y hermosa,
estaba velada por
una pequeña nube,
nube de mi imaginación
la miré con amor y sonreía
la nube no impedía
su clara luz.
Le dije que te amo y
en su grandeza,
me dijo que en ella
estabas tú,
la miré fijamente
por ver tu imagen
y en su claridad tu rostro ví.
Esos ojos hermosos
como luceros,
esa sonrisa abierta
me ilusionó
esa expresión tan dulce
de tu mirada,
me hizo que a la playa, me fuera yo.
Las tres de la mañana y
solitaria,
la playa era solo para mí
el inmenso cielo
y la soledad inmensa
toda la playa eras tú,
el viento, las olas y
la marea, la arena
dorada, la brisa y yo.
Pero no estaba sola,
tú me abrazabas
la luna, las olas y
las estrellas,
tú, lo eras todo y
tendida en la arena
me dormí yo.
Rosario Ayllon.
Poetisa del Amor.
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