Tu boca fresca manzana,jugosa que me sabe a miel
y me entretengo en el embeleso,
de tu pecho de marfil.
Y tus manos se convierten en fino cincel
que van esculpiendo por mis caderas,
orlas de perlas y anhelos sin fin
sigo camino sin ruta vagando por tu piel,
buscando despacio agua donde saciar mi sed.
Río escondido que mitigue ansias,
de un prolongado beso
que te haga decir mi nombre y entre suaves
murmullos me pegues más a tu cuerpo.
Enredándome a los pilares de
tus firmes piernas
que voy amoldando en suaves olas que
se aferran cual higuera para descansar en ti.
Beso dulce palmo a palmo la seda de tu piel
despertando quimeras,
tejiendo ilusiones con mis caricias
llenas de amor.
Deseo que arda, cual hoguera al amparo
de nuestros sueños que unen
y guardan celosamente la llama del beso,
que prenda de nuevo nuestra pasión.
Rosario Ayllón.
Poetisa del Amor.
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