
en un tren de alta velocidad,
pero solo era un trenito
cargado de fantasía,
rodaba muy despacito,
pues nadie tenía prisa.
El destino era cualquier lugar
del mundo y su ciudades,
quizás un pueblito pequeño
donde se vive feliz y con mucha paz.
La gente que me acompañaba
en aquel viaje feliz,
toda era encantadora, dialogaban
con armonía y cordialidad,
no había violencia, solo sonrisas
y amabilidad.
El tren seguía su destino
pero nadie sabía el final,
avanzaba lentamente sin prisa y muy
poca velocidad.
El destino, era el mundo,
todo era paz y calma, amor y felicidad,
nadie recordaba guerras, ni violencia, ni maldad,
un mundo donde todo parecía un sueño,
de amor, paz y felicidad.
¡Dios mío si solo es un sueño!
no deseo despertar, estar siempre aquí,
en este futuro mundo, donde no hay
hambre, niños de la calle y todos somos iguales,
en el mundo reina la humanidad y la paz.
Rosario Ayllón.
Poetisa del Amor.
22 / Agosto / 2010
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